viernes, 13 de abril de 2007

Fractura Empresarial


En muchos medios de comunicación, de índole económica, se viene hablando de la “fractura social”. Para resumir este concepto diremos que ha subido el coste de la vida y es cada vez más difícil llegar a fin de mes.

Esto provoca que la separación entre clases sociales se haga más patente. Aquí entra la figura del “mileurista”. Quien, con un sueldo de esta magnitud, no puede hacer frente a las cada vez más altas cuotas hipotecarias y demás gastos. Los gobiernos, un tanto alejados de la cruda realidad, no consideran la mayor parte de estos gastos en la famosa “cesta de la compra”, referencia para el cálculo del IPC. Por lo que encima nos oímos que la economía va bien.

Lo que está claro es que los sueldos no suben, ni pueden subir al mismo nivel que los precios. Y aunque sea un tópico, la globalización tiene mucho que ver en este aspecto. La competencia es feroz y los números no les salen a las empresas. Vease Delphi como un claro ejemplo de lo que ya está sucediendo. Mano de obra mucho más económica en zonas que así lo permiten, situaciones de quiebra técnica que no se quieren ver y como consecuencia... Más fractura social.

En el caso de las Empresas yo lo llamo “fractura empresarial”. La dificultad de competir en estos mercados tan turbulentos, hace que muchas empresas no se crean capaces de crecer. Y cada vez se distancian más de aquellas que sí apuestan por ir a por todas.

Lo que está claro que la decisión de “ir a por todas” debe venir avalada por una preparación. Y esa preparación debe, a su vez, estar constituida por una serie de acciones y convicciones.

Obviamente la empresa ha de ser competitiva. Pero para actuar debe de conocer el mercado y así misma (como reza el libro Sun Tzu). Y después, no basta con adquirir el conocimiento, se deben de tomar las medidas oportunas para adaptarse al nuevo modelo de competencia.

Desde aquí no nos consideramos capaces de darles una receta mágica válida para todos, pero sí esbozar una serie de ideas que les permitan vislumbrar la manera de adaptarse al nuevo entorno.

Conocerse: Sistema de Gestión Empresarial. Consultorías, análisis y reflexiones.
Conocer el mercado: CRM, análisis de mercado, consultas del entorno macroeconómico.
Actuar: Redefinición de funciones, sistemas de retribución por objetivos, reducción de costes operacionales, formación, planes de marketing,...

Realmente son conceptos por todos conocidos. Pero un estudio, marcó el año 2006, como el primer año en el que las empresas españolas invirtieron más en estudios de mercado y similares que en bolígrafos y mecheros (merchandising al fin y a la postre). Algo está cambiando, pero no es suficiente.

Conclusión: para obtener resultados distintos, hay que hacer cosas diferentes. Es el renovarse o morir.