martes, 28 de julio de 2009

¿A cuánto está la cotización del gramo de Sentido Común?


Un antiguo compañero mío hace ya un par de años, cuando alguien hacía algo sin meditar, me decía: A cuánto está el kilo de sentido común??

Yo diría hoy en día que el precio se ha disparado. Pues siguiendo la ley de la oferta y la demanda, cuanto más es caso es un bien, mayor valor alcanza en el mercado. Así pues deberíamos hablar ya de precio por gramo. Y no me aventuraría a poner un precio por debajo de seis dígitos.

Si bien dicen que “ el sentido común es el menos común de los sentidos”, nada más cierto y cercano a la realidad. Desde hace un tiempo, no dejo de sorprenderme día tras día viendo la ineptitud e incompetencia de la gente y una cosa, soy consciente que todos nos equivocamos, pero ante una equivocación está la capacidad de respuesta y el saber estar. Como muestra tres botones:


Caso 1: Qué común es usar la bandeja de “el tiempo lo resolverá”.
Una persona cercana (laboralmente hablando) a la cual le llega un correo electrónico de un servidor solicitándole cierta gestión. Pasan cerca de dos semanas tras las cuales se me ocurre preguntarle si ya había llevado a cabo dicha gestión. Respuesta: “ lo vi, pero como no sabía exactamente lo que había que hacer, lo dejé a la espera”. 

Caso 2: Cómo me resbala todo y qué tonta es el resto de la humanidad.
Voy a comprar a un supermercado. Al pasar por caja y mientras me pasaban por el lector de códigos de barras toda la compra, me doy cuenta que un paquete de galletas me lo habían pasado dos veces. Es que no se puede estar trabajando y mientras planificando las vacaciones con la cajera de al lado. Lógicamente reclamo y lo que obtengo por respuesta es: “pues vaya al expositor y coja otro paquete”. No salgo de mi asombro... y claro, qué vas a argumentar con una persona cuyo criterio le dicta dar una contestación de este calado. Nada más salí de la tienda puse la correspondiente queja.

Caso 3: Así se educa a un hijo.
Paseando con mi hijo recién nacido, pertrechado con carrito, bolso y resto de guarniciones, recibo en pleno carro un balonazo. Un padre y un hijo jugaban a la pelota en la calle y lejos de parar al paso de mi mujer y mío, en un alarde de cultura “balompédica”, zas directo al blanco. Naturalmente increpo a ambos y como respuesta me mandan poco menos que a la mierda. Ya me diréis qué se puede esperar de un muchacho que en casa recibe tal clase de educación. Pobre sociedad, pobres maestros y pobre de todos el día de mañana si la naturaleza no lo hace estéril.

Y todo esto se ve elevado a la enésima potencia ya que alguien con un sentido común casi inexistente no se queja nunca. Lo ve todo normal (o mediocre), así que no reclamaría ante este tipo de trato atropello o como se quiera calificar.

Con lo cual, ante la pregunta de cómo es posible que nadie se queje. La respuesta es clara, cada vez hay más mediocres (en el mejor de los casos) y descerebrados.

Se trata de un sistema realimentado y lo podemos comprobar una vez más en las comunidades de vecinos, donde cuando alguien da por saco, sólo suele haber un vecino que se queja y al cual el resto llaman “tocapelotas” (en el mejor de los casos) y en las televisiones sólo se escucha "la noria" y basuras similares... y mientras la casa sin barrer. (no soy machista, me refiero a que el gobierno sigue en su sitio, nadie se queja y como respuesta al paro y a la crisis tan sólo se argumenta en los bares, durante el descanso del partido)

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